Vivieron una vida juntos,
juntos envejecieron,
como solo dos personas enamoradas de la vida,
se conocieron hace ya tanto que ni ellos se acuerdan,
eran dos jóvenes,
dos adolescentes,
que empezaban a descubrir la vida y la vivieron juntos,
como dos siameses unidos por el mismo corazón,
como dos amantes descubriendo el sexo.
La disfrutaron el uno junto al otro,
aún cuando los surcos de la vida se les iba reflejando en el rostro,
aún cuando esos surcos fueron de risas y felicidad,
juntos crearon todo lo que se podía crear cuando dos
corazones laten al unísono,
cuando dos vidas viven por igual,
con el respeto y la sinceridad que la confianza del
tiempo vivido puede crear.
Las lágrimas corrieron por su rostro surcado de profundas arrugas,
como un arroyo cuando baja por la ladera de una montaña,
cuando una tormenta de verano descarga con furia,
lágrimas provocadas por la marcha de ella,
se despidió con un beso como cada noche,
un te quiero fueron sus últimas palabras allí te espero.
El no pudo soportar que separasen sus corazones y como
siameses que eran desde siempre,
no pudo vivir sin su amor,
su alma,
su otro yo,
la rueda que hacía girar su vida,
y se paro cuando ella se marcho.
Que poema tan hermoso sobre el verdadero amor. Gracias Antonio por emocionarnos con tu sensibilidad y arte. Un abrazo.
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Gracias a ti por leerlo y por tus palabras. Abrazos.
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Me encantó. Qué hermoso amor.
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Gracias Melg. Salidos
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Hermoso. Despierta los sentimientos.
Un abrazo.
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Gracias amigo. Un abrazo.
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