El brujo del amor.


Como cada día Azrael salía de su trabajo a la misma hora y se dirigía a su casa en una urbanización a las afueras de la ciudad, subía a su coche y atravesaba la ciudad, su trabajo se encontraba en un polígono a las afueras de la ciudad por el lado norte de la misma y su casa estaba justo al sur a unos siete kilómetros en una pequeña urbanización de unifamiliares muy acogedores, en la ladera de un pequeño monte en el que había un bosquecillo de pinos, abetos y algunos alcornoques.

 

A Azrael le gustaba de salir al patio trasero de su casa y contemplar el bosque e incluso algunos sábados por la mañana muy temprano salía a pasear por los senderos que atravesaban el bosquecillo y subir hasta la cima que se hallaba a unos quinientos metros de altura y sentarse en los riscos que la coronaban para contemplar el paisaje que desde lo alto se divisaba, aquello le relajaba y sentía que la tensión acumulada durante la semana de duro trabajo tanto en la fabrica como en el que realizaba fuera del mismo como brujo del amor.

¿A que se dedica un brujo del amor? ¿Os preguntáis?

No, no son de ese tipo de brujos, de esos que echan las cartas y te dicen una sarta de tonterías.despertar-capacidades-psiquicas

Un brujo del amor se dedica a hacer feliz a cuanta mujer desdichada encuentra, os diréis que son muchas las mujeres que entran en esa categoría de “Desdichadas”  cierto pero solo a aquellas que son desdichadas en el amor, por que sus parejas no las hace sentirse queridas o por que son engañadas por ellos o por que les han roto el corazón por el motivo que sea, separaciones, divorcio o fallecimiento de la pareja. Pensaréis que con una lista así tiene que tener mucho trabajo y es cierto lo tiene, tiene muchísimo trabajo de ahí que necesite de esas escapadas para descansar y volver a recargar la energía que necesita a lo largo de la semana para seguir realizando su labor como brujo del amor.

 

Ahora estaba envuelto en una labor algo más complicada de lo que parecía en un principio, la señorita con la que estaba trabajando en estos días acababa de quedarse sin su pareja a la que quería con locura y de la que estaba locamente enamorada al igual que él de ella, pero el destino es a veces cruel y los había separado de una forma brusca y muy truculenta, él había tenido tiempo atrás un accidente, alguien le había atropellado con un coche y se había dado a la fuga, la policía no sabía quien ni porque, según las pruebas el conductor del coche en cuestión se había subido a la acera por donde iba andando la pareja de Ines que así se llama la chica en cuestión, y sin intentar esquivarlo lo arroyo y lo mato en el acto dándose posteriormente a la fuga, a día de hoy ocho meses después de aquel fatal desenlace no había ninguna prueba que pudiera llevar hasta la persona que cometió aquel atropello mortal.

 

Azrael  llevaba trabajado con la chica desde hacía dos meses pero le estaba costando trabajo que se abriera a el y que dejara salir todos los sentimientos que tenia dentro, todo aquel dolor y aquel sentimiento de culpa la estaba torturando, ella se preguntaba una y otra vez por que tuvo que discutir aquella noche y decirle que se fuera que no quería volver a verle más. El brujo con todo el tacto del que era capaz de tener le hacía ver que ella no tenía culpa de nada, que algo debía de haber que ella ignoraba, algún secreto le tenía oculto, algo que no era del todo lícito y que ese era el motivo de que le hubieran atropellado, pero ella no acababa de creérselo, él no tenia secretos para ella, si hubiera tenido algún problema él se lo habría contado, jamás le habría ocultado algo que le pudiera costar la muerte, no él no lo haría.

 

Pero ella no sabía y él no podía contarle que el que fue su novio había jugado con el dinero de alguien poderoso y no solo había jugado sino que lo había perdido todo y aquello era algo que no pasaban por alto ni perdonaban. Azrael se había enterado de aquello a través del detective que llevaba el caso del atropello y tal y como se estaba poniendo aquello creía que iba a ser mejor dejarlo en eso, en un accidente por atropello con conductor a la fuga.

 

Azrael se seguia acercando poco a poco a Ines, sabiendo de antemano del rechazo que ella sentia ante sus intentos de ganarse su amistad, ella pensaba que la veía una presa fácil después del fallecimiento se su pareja, que estaba desconsolada y que eso haría que se agarrara al primero que se le acercara a consolarla, pero el brujo sabía que no era así, si no todo lo contrarío, ella se encerraba en un caparazón hermético del que iba a ser muy difícil hacerla salir y si no la sacaba sería su perdición, acabaría en una depresión que finalmente la llevaría al suicidio, pensando en aquello le vino a la mente un poema que leyó hacía algún tiempo. ¿Cómo se titulaba? Ah si su título era Amor Truncado del poeta Antonio Caro era uno de los poemas que publico en su libro “Desde mi mente para tu alma” Y decía algo así.

 

 

Ella  impaciente  al  ver  que  su  amado  no  llegaba,

salió  en  su  busca  y  de  forma  brusca  con  el  accidente  se  encontró,

llena  pena  y  gran   dolor,

al  ver  a  su  amado  allí  en  el  asfalto  tirado  sin  vida  no  lo  pudo  soportar,

y  a  las  vías  del  tren  se  fue  a  parar,

el  primer  cercanías  que  a  la  curva   llegó,  no  vio  que  ella  allí  en  medio  de  la  vía   estaba   y  su  vida  se   llevó.

 

 

El tenía que evitar que le pasara lo que a la chica de aquel bello poema, pero no por ello menos doloroso, esa es la esencia de su trabajo como brujo del amor devolver la ilusión perdida por los miles de fracasos amorosos que sufren las mujeres por los hombres sea cual sea el motivo que los lleve a ello.

 

Azrael fue poco a poco acercándose a Ines un día y otro sin hacer caso a sus desplantes, cuando ella le rechazaba con malos modos el se las apañaba para que le sucediera algo en ese instante para que él estuviera allí para ayudarla como por arte de brujería. Si iba a pasar la calle un coche pasaba a gran velocidad y era él el que evitaba que la atropellara, si subía una escalera allí estaba él a la espera del tropezón para evitar que cayera escaleras abajo rodando, así una y otra vez hasta que ella fue viendo en el a un amigo que estaba junto a ella sin esperar nada de ella.

 

Hasta que pasado un tiempo que  Ines se empezó a dar cuenta que lo que empezaba a sentir por Azrael era algo más fuerte que una mera amistad. Llegados a este punto es cuando el brujo sabe que su trabajo esta llegando a su fin, no puede permitir que se enamoren de él y tener que decepcionar a la persona que esta tratando es entonces cuando su magia entra en juego por primera y única vez. Entra en la mente de Ines y la sugestiona para que los sentimientos que tiene hacía el desaparezcan y pasen a ser un cariño por todo el apoyo que ha recibido durante el tiempo que ha estado a su lado y la hace ver la necesidad de separarse para que ella pueda seguir con esa vida que esta empezando a rehacer y él se ve obligado a trasladarse de ciudad por motivos de trabajo, pero la promete pasar a visitarla de vez en cuando.

 

Así el brujo sigue su camino en espera a tener que volver a ayudar a otra femina que necesita del afecto, del cariño de alguien que no busca aquello que otros hombres buscarían como hienas ante el olor de una presa herida.

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22 comentarios en “El brujo del amor.”

    1. Ante lo inapropiado de mi comentario y dado de que no iba contra la persona de mi buen amigo Oscar, Lo cual lamento de corazón mis lamentables palabras hacía su comentario inocente, creo que lo más apropiado es que borre dicho comentario y reitere mis disculpas públicamente, hay veces que pagamos nuestro malestar con quien más confianza tienes. Te pido perdón de nuevo Oscar.

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      1. No te lo tomes como algo personal, hombre, que no era una crítica en absoluto. De hecho te dije «Muy bien traído el relato para meter el poema», pero vaya. Sobre lo otro, era más en tono jocoso que otra cosa, no sabía que te lo ibas a tomar tan serio. Siento haberte ofendido.

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    2. Perdona pero necesitaba desahogarme y lo he hecho contigo, espero que no me lo tengas en cuenta.
      Por otro lado somos rivales y me has quitado varios votos. 😉
      De verdad te pido disculpas de corazón, no debería haber puesto lo que he puesto. 😦

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      1. Que hablen, que hablen, aunque sea bien (como dijo… bueno, ahora no me acuerdo de su nombre, pero lo dijo). Que continúe el espectáculo, debe continuar. Un abrazo para ti y otro para Óscar y otro para Chus (como nos hagas caso a Chus y a mí, dos asturianos que procuran divertirse incluso cuando falta el vino bueno…).

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  1. Prefiero tu dulce poesía que me hace soñar y pensar.
    El relato me encantó, pero mi espíritu hoy no puede con semejante tragedia. Bastante mal dia ha sido ya hoy como para llorar dos veces tan seguidas. 😉

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      1. Me gustaría poder cambiar este momento por ese en el que las risas alegran corazones como brisas de verano al atardecer, que la risa refresque tu rostro y la pena aleje asustada para no volver.
        No puedo hacer que tus penas se vuelvan alegrías pero que estos versos te pertenezcan a ti sola, que te ayuden a digerir el dolor que te aflige, si no puedo compartirla al menos permiteme que la aligere. Besos de corazón y que el mañana brille ocultando las brumas que hoy pesan en tu interior.

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