La Confesión


Cuando el llego ya estaba muerta, la habían cortado el cuello de izquierda a derecha, la había encontrado un hombre mientras paseaba por aquel recóndito paraje mientras paseaba a su perro, el animal la había encontrado entre la maleza cerca del agua.

Ella estaba bailando en la discoteca con sus amigas como cada sábado noche, riéndose y divirtiéndose, de vez cuando apartando algún moscón que otro que solo quería intentar meter mano y llevarla al huerto, ella odiaba los polvos de una noche, tenía sed y se acerco a la barra para pedir una copa, el la miro desde el otro lado de la barra y la sonrío, ella se derritió por dentro con aquella sonrisa, cogió su copa y se fue a bailar.

Desde el otro lado de la pista la vio bailando y cuando se acerco a la barra vio la sonrisa que le dirigió el camarero y la cara de ella al darse la vuelta para volver a la pista con sus amigas, espero pacientemente hasta que la vio dirigirse hasta los aseos y la siguió, cuando la ella salio del servicio el la paro y le dijo que le siguiera y le enseño algo, ella se asusto y le siguió sin decir nada.

Salieron juntos por la puerta de emergencias y se dirigieron al coche que el tenía aparcado allí cerca, él le dijo que no tuviera miedo, ella no podía evitarlo, subieron al coche y el condujo hasta un lugar apartado cerca del río, allí se le acerco y trato de besarla, ella se resistió y le dijo que parara, él no podía parar y la poseyó a la fuerza, ella dijo que lo denunciaría que no se saldría con la suya salió corriendo del coche e intento huir, él la persiguió y la cogió por la espalda llevaba una navaja en las manos y la corto el cuello. Allí la dejo desangrándose.

Cuando se  acerco a la maleza y vio el cuerpo todo se le vino a la memoria como un flash, recordó hasta el último segundo de aquella noche, le dijo a sus compañeros que se sentía indispuesto y se fue a casa.

A la mañana siguiente llamaron a la puerta y no contesto nadie, avisaron a la policía y cuando consiguieron abrir la puerta lo vieron balanceándose de una cuerda, en la mesa había una nota que decía. Yo fui el que la mato me nublo la mente y el corazón hasta el punto de no saber lo que hacía, después de poseerla la pedí que se casara conmigo y se río en mi cara y me amenazo con denunciarme. ¡Ojala! La hubiera dejado ir y que lo hiciera, ahora ella estaría ultrajada y yo encarcelado, pero los dos vivos.

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35 comentarios en “La Confesión”

    1. Cierto, no deberían repetirse, deberían ser solo eso historias creadas en papel, pero la vida nos hace volver una y otra vez sobre nuestros errores. Un abrazo y gracias por tu comentario.

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      1. La vida es más cruda y fantástica que cualquier historia que podamos imaginar.Si es que está todo inventado, por mucho que nos sorprendan las cosas la primera, segunda o vez que las veamos.Salut

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  1. Me chafaste el final, ya estaba pensando que el asesino era diestro (o quizás zurdo y el corte de izquierda a derecha era para despistar) y al final resulto que se quito de en medio el solo.

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    1. Jajajaja. Lo que yo me pregunto (Y eso que lo he escrito) Como teniendo pistola se pone una corbata, si estuviera en su casa lo hubiera entendido, pero en la habitación de un hotel, no lo entiendo.

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