Este relato ha sido creado para FlemingLAB Taller de Escritura en el cual tengo el placer de estar junto a otros grandes escritores de wordpress de los que espero, mejor dicho de los que estoy seguro que aprenderé y como no gracias a Juan Re Crivello y al equipo que imparten el curso que sin ellos no seria un hecho.
Pensamientos
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Me encuentro otra noche más aquí sentado en la oficina, vigilando las cámaras de seguridad, como controlador no tengo mucho que hacer aparte de mis habituales rondas de control por el recinto y observar las cuatro cámaras que rodean el perímetro del centro de transporte en el que me hallo.
Las noches son tranquilas a pesar de ser fiesta en el pueblo que se encuentra a un par de kilómetros de donde estoy, la música se oye como si estuviera al lado, los coches no dejan de pasar por delante de la puerta; El polígono cobra vida estas noches, mientras yo tengo que estar aquí sin poder disfrutar. «A veces pienso. Como se lo estarán pasando allí». Está claro que para que unos se diviertan otros tenemos que trabajar.
Cuando era niño veía a mi abuelo, «era una persona seria, recta pero muy cariñoso» trabajar en el bar día a día. —Bueno realmente era solo los domingos, era el día que podía ir con mis padres a verlo— Paseando uno de tantos días cuando íbamos —le pregunte a mi padre. «Se parecían mucho, tanto física como en el carácter».
—El abuelo siempre lo pasa trabajando. ¿No descansa nunca?
—Si hijo, el descansa cuando los demás trabajamos y trabaja cuando los demás descansamos.
Aquella máxima se volvió la mía a partir de los trece años y a día de hoy sigue siendo así.
La veda que te pareces mucho a tu abuelo. Un gran abrazo amigo
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Como lo sabes. Lo llegaste a conocer?
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No ay que ser muy inteligente, para ver como era tu padre, ya que te repites como el ajo y siempre dices como era.
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Te confundes. Yo hablo normalmente de mi abuelo y era el materno, aquí hablo de mi abuelo paterno.
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Vida en la noche dormida, ¿ están puestas las calles?
Las calles no duermen, solo descansan del duro día
Besos
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Muy bonito tu relato Antonio, gracias por compartirlo.
Abrazo y feliz jueves.
Patricia.
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Gracias.
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Mi padre me llevaba desde los quince años a la panadería donde trabajábamos de madrugada, y yo pensaba lo mismo.
Me hiciste acordar.
Me gustó.
Saludos.
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Si es bueno el recuerdo, me alegro mucho. 🙂
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Un relato cargado de sentimientos 🙂
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Me encanta Antonio!
Qué bueno que estás haciendo ese taller. Disfruta al máximo.
Un gran abrazo y gracias por compartir estos pensamientos en relato.
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Gracias guapa.
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Así es, sentimientos desbordados.
Saludos
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Un placer Enrique, me alegro de saber de ti. 🙂
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