En aquel tiovivo me fui a subir, no me dejaban porque no era una niña, tu al escucharme discutir te acercaste y le dijiste al dueño, -déjela subir no ve lo guapa que es, lo bonito que va a quedar si ella quiera con ella me voy montar. -juntos nos montamos y dando vueltas nos enamoramos.
Hoy día vamos cada año a subir a aquel tiovivo para que nuestro amor no se pare, que de vueltas toda la eternidad.
Preciosa manera de ayudar a alguien y acabar enamorado, que el amor no deje nunca de mover este carrusel de la vida 🙂 muy bonito ANTONIO Besos enormes llenos de cariño, feliz martes, muashhhhh.
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Los senderos del amor son inescrutables. En cualquier sitio te salta el corazón del pecho. 😉
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Así es Antonio el corazón esa caja de música con sinfonía propia… muackisssss.
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Ay, Antonio…NO hay nada más bonito que subirse a un tiovivo (yo le llamo los caballitos) cuando ya eres adulto. Lindo poema, me trajo muchos lindos recuerdos.
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Me alegro que así sea. Besos.
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¡Que bonito Antonio! Que forma tan especial de enamorarse. Besitos de luz para ti.
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Gracias, una forma de las muchas que hay, el amor no conoce limites. 🙂
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No sabía que así lo llamaban, aquí es un carrusel. Hay que ayudar para que el amor nunca se deje de disfrutar como en aquel tiovivo 😉
Abrazo y feliz día.
Patricia
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Carrusel. tiovivo, caballitos son todo sinónimos de lo mismo, de un lugar donde muchos besos se han dado por primera vez, muchos te quieros se dejaron caer, muchos abrazos pudieron ser.
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Qué bonito 😊
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