Érase un pastor que tenía un rebaño de ovejas, el rebaño contaba con trescientas cabezas más los borreguitos que nacían cada día.
El pastor por las noches no podía dormir por lo que se ponía a contar ovejas, era lo que su madre le decía cuando el sueño no llegaba.
Así que empezaba a contar, una, dos, tres, etc. Al llegar a cierta cantidad no se, ciento treinta, una de las ovejas preñadas se ponía de parto y él se quedaba ensimismado viendo como paría el borreguito o borreguitos porque a veces traían dos, perdía la cuenta y empezaba a contar otra vez, una, dos, tres, doscientas dos y entonces se daba cuenta que otra oveja había parido pero no echaba la placenta y eso era malo para el animal y esperaba hasta que la echaba o bien tenía que sacársela el mismo y volvía a perder la cuenta, así un día y otro, cuando quería darse cuenta era la amanecida y sus ovejas tenían que ser ordeñadas, ya que la leche era parte del sustento de su granja.
Pasados los días el pastor tenía unas ojeras que le llegaban a los pies y su humor era de perros y eso que el perro pastor que tenía era magnífico, no mordía a una sola oveja, al primer tanteo de su dueño juntaba el rebaño y lo llevaba de vuelta al redil. Pero nada que ver con el humor de perro salvaje que se gastaba su dueño últimamente.
El hombre hastiado de la situación y al borde del colapso decidió mandar todo al estiércol y se acostó aquella noche decidido a olvidarse de ovejas, de borregos y de la leche que le dieron, a los pocos segundos se quedó dormido como un tronco y soñó. Soñó que era mecido por el viento y que la música que creaba al pasar por sus ramas era música celestial, hasta que llego una tormenta de balidos y gruñidos y lo saco del aquel maravilloso sueño.
Eran sus ovejas que balaban desconsoladas por que el día hacía horas que había salido y no las habían ordeñado, aún tenían las ubres que se les vertía la leche con solo moverse y los borreguitos gruñían de hambre y el pastor no acababa de juntarlos con las madres para que les dieran de mamar.
El pastor agobiado se decía.
Esto es tremendo, esto es el cuento de nunca acabar, cuento y recuento sin venir a cuento por no poder dormir y cuando por fin lo consigo, quien no me dejaba dormir, ahora me ha de despertar, hay que ser borrego.
Se acabo el cuento de nunca acabar, se que no viene a cuento pero… para dormir no cuentes cierra los ojos y sueña, que el sueño te lleve allá donde la vida no te deja llegar.
Fin.
https://www.facebook.com/antoncaes
https://www.facebook.com/Antoncaes-195245247162149/
https://twitter.com/antoniocaroesco
https://plus.google.com/u/0/+AntonioCaroEscobar
https://www.youtube.com/channel/UCNxiqEJ6LJlyp8W0uCOPwWQ
https://es.pinterest.com/antoniocaroesco/
https://www.instagram.com/antoncaes/
https://www.flickr.com/photos/131136555@N06/
https://www.tumblr.com/dashboard
Contar y recontar en un cuento de nunca acabar. Ahora me temo que el cuento ha evolucionado a peor y algunos sinvergüenzas (no pastores por supuesto) cuentan fajos de billetes de 500 euros para dormirse placidamente. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jajaja. A esos no los deja el dinero, ni, dormir, ni vivir.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Yo ni contando oveja duermo. Y tu gruñón?
Me gustaLe gusta a 1 persona
Yo no se para que te pregunto si ni siquiera me contesta.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me parece que no lees los msj que te envió en contestación, porque siempre te contesto y siempre dices lo mismo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
entoces no contestas porque digo siempre lo mismo?. Aquí en esta entrada te hice una pregunta y solo le diste me gusta al mensaje. Pero que da igual, yo te quiero igualmente o que no me contestes.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Te conteste desde el móvil y te puse «que no yo no cuento ovejas, que cuento cuentos, por si to te habías dado cuenta». Esa fue mi respuesta.
Mirálo que debe de salirte.
Me gustaLe gusta a 1 persona
De verdad Antonio no me sale, te lo prometo y te lo digo en serio. Yo no dije que fueras maleducado. Porque lo bueno que tienes, que escribes muy bien y tienes mucha educacion. No soy pelota, lo dijo de corazón.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Tienes razón, no se por que no sale, lo acabo de ver, pero te doy mi palabra que te conteste, y te dije lo que he puesto más arriba, que yo no necesito cuento ovejas, cuento cuentos. 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Contaras chicas guapas? a mi me gusta contar esas cosas 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Yo no conozco chicas guapas, al menos no como para estar contando una noche entera, se repetirían mucho y acabarían volviéndose del montón.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Seré gruñón según vosotros, pero no maleducado.
Me gustaMe gusta
Las ovejas se cansaron de no tomarlas en serio … se han revelado para que sean tomadas a otro propósito aparte del dormir…. que bien ¡me pongo de su lado! … por otro lado, ya hablando en serio, muy agradable cuentecito…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias Jorge, me alegro que te hay entretenido un rato. Saludos.
Me gustaMe gusta