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Cuando me di cuenta de la mancha que tenía, cogí un trapo húmedo para limpiarla; por más que frotaba no salía. Busqué un bote de quitamanchas y la pulvericé. Esperé como indicaban las instrucciones. Luego con un cepillo la cepillé bien; aún así, la mancha no salía. Fui a una tintorería, ya que seguramente allí sabrían cómo sacarla. La tintorera me dijo al verla que lo sentía, pero que las manchas del alma no salen; que se quedan para toda la vida.
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Muy buen micro Antonio 🙂 besotes, feliz martes !!!
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Muchas gracias guapa. Besos.
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Cuanta razón. Si es que no hay como acudir a un profesional para que te confirme que la cosa no tiene remedio
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Si eso es cierto, por eso se llama a un cura en los últimos momentos, ¿para que te aclare que te vas a morir? Otro misterio resuelto sin el Iker Jimenez ese. 😉
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Se llama al cura cuando vas a morir, porque no falla, siempre están ahí. ¿Que podrías llamar a la Benemérita? Pues sí.
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Jajaja. Sería mejor llamar al restaurante de la esquina. Si tiene que ser, que sea, pero que te pille con el estomago lleno. Nunca se sabe cuando podrás volver a echar el diente a algo solido. 😉
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Según tus creencias. Si en el cielo no se puede comer como Dios manda, estamos jodidos. Claro que si lo que esperas es ir al infierno, seguramente solo habrá comida rápida, la que de tiempo antes de tostarse.
Supongo que en el purgatorio solo habrá menú del día
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Creó que lo mejor es el infierno, Al menos comerás caliente todos los días y eso es algo que no todos lo pueden hacer hoy en día. Comer rápido es lo de menos, mientras comas, no creo allí te pueda preocupar el ardor de estomago. 😉
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Ohh precioso micro, Antonio! ME ha encantado y cuánta razón tienes! Un abrazo de martes!
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Muchas gracias. Viniendo de ti, hoy puedo sentirme satisfecho. Besos.
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No me digas eso, algo se podrá hacer ¿no??? Lindo relato 😉
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No lo se. Los expertos no conocen solución alguna. Debe de ser algo místico y yo no entiendo de esas cosas. Gracias por comentar. Un abrazo.
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Pero tu sí sabes. O tal vez, seguro que sale con el remedio de las abuelas, ellas siempre saben.
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Mi abuela la pobre solo se acordaba de Santa Barbara, cuando tronaba. No era muy ducha en estos quehaceres.
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Servilleta al cuello cuando vayas a comer.
Besos
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Es auténtico Antonio, tendras que cambiar de camisa, una con un alma renovada, un abrazo !
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Esto no creó que se vaya ni cambiando de camisa Francisco. He hecho hasta penitencia, he dejado de comer la onza de chocolate diaria, y ni por esas. 😉
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Jejeje…la onza de chocolate al menos endulza un poco. Un abrazo ¡
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A mi mujer le amarga, cuando sube a la bascula. 😉
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😉
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Ya sabes, o le pones un babero al alma o te tocará frotar.
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Si fumara pensaría que es de la nicotina, pero no es así. Tengo que ser malo de cojones (bueno de ahí no) Malo de la ostia o de mala ostia como quiera cada cual. 😉
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El alma tiene un mecanismo de auto-limpieza, actívalo con una buena acción y ya verás. Buen microrelato. Un abrazo Antonio, bello día.
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Muy bueno Antonio, excelente final. Y es que hay manchas que -por desgracia- no tienen arreglo. Un abrazo.
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Gracias Carlos. Así es lamentablemente. Otro abrazo de vuelta. 🙂
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Oooooooh
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Dices bien, las del alma siemore dejan huella. Feliz tarde.
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Muy bueno
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Muchas gracias. Saludos.
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Cuando una mancha penetra el alma, no hay marcha atrás.
Buen micro, Antonio.
Besote.
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Gracias.
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¡Estás condenado, Antonio! Ni aunque ingieras un litro de cloro podrás quitar la mancha… Resígnate y activa tu auto limpieza, como te recomendaba Patricia.
¡Abrazos!
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Vosotras creéis que así se quitara. Yo tengo mis dudas, he sido muy malo.
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Pues no trato de contradecir a algunos de los anteriores comentaristas, pero yo pienso que a veces se curan … será que nací para ilusionista!
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Eso se llama fe. Y cada cual tiene la suya.
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Hola, compañero,
Estoy por estos lares desde agosto de este mismo año.
Me a gustado tu micro. un saludo.
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Muchas gracias Nicolas. Bienvenido, saludos.
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Me ha encantado. 👏👏
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Muchas gracias, me alegra que te guste. Saludos y bienvenido/a.
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El cierre me ha parecido redondo. 😍
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Me alegra que te guste, y bienvenida. 🙂
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