Llega el otoño y con el la belleza de lo colores, la alegría de poder sentarse junto a una chimenea las tardes frías, leer un libro de poesía es estimulante, reconfortante y aleccionador.

Poesía del día a día, de andar por casa. Así son mis poemas, amor, dolor y calor de hogar.

Alguien dijo una vez (si no lo dijo alguien, lo digo yo) que leer poesía alegra y hace más amena la vida.

Aunque no sólo la poesía es una fábrica de sueños, cualquier tipo de lectura nos alegra y entretiene en las largas y frías tardes.

Si te gusta leer, lee mis libros y no quedaras indiferente.

No soy lo que escribo, soy lo que tú sientes al leerme.

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