El recuerdo de aquellas tardes
vuelve a golpear mi memoria,
las horas que pasábamos recitando,
mientras la cafetera con un goteo constante
acompañaba los versos y su aroma,
impregnaba el aire.
Ya no se oyen los versos,
ni el goteo,
ya no huele el aire.
Aquellas tardes de poemas,
se desvanecieron como su arte.
Los poetas,
que tantos versos recitaron,
se perdieron,
como el aroma del café,
al morir la tarde.
#poemasaromadosacafé

Al igual que el del café, el aroma de los versos bar impregna y permanece.
Bellas letras, Antonio.
Fuerte abrazo.
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Aún quedan poetas y versos. Aún hay poesía. Aún hay amor, mucho por escribir. Quizá nos derrumbemos, pero dejemos los poemas a salvo. Un abrazo querido Antonio.
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Vaya, te han salido unos bonitos versos para seguir y crear un poema.
Otro abrazo de vuelta guapa.
Besos.
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Gracias
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Sin duda algo queda. Seguramente cada uno en su momento vuelve a la casa aquella, escribe en soledad y se vuelve… Seguramente en algún momento de tanto repetir el regreso surgirá la coincidencia.
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Así es Isa, siempre queda algo, aunque solo sea un atisbo, un momento vivido, una frase o un verso, siempre pensaremos en ese momento.
Gracias por tu comentario. Besos.
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