Como dice el título de esta canción todo tiene su fin y creo que el mío a llegado, después de seis años y medio de vida este blog he llegado a un punto que no puedo seguir adelante, necesito parar o mejor dicho tengo que parar aquí, por mi, por el blog y por vosotros que habéis confiado en mi durante este tiempo.
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Habéis decidido seguirme 590 blog o personas como prefiráis.
Después de publicar 1272 entradas creo que es el momento de decir hasta aquí, mis neuronas necesitan un reposo, no se si en una casa de salud (manicomio antiguamente) o en un balneario, los nuevos manicomios de aguas termales, masajes de barro y aceites aromáticos, aunque siguen con las duchas de agua fría y caliente como antiguamente, ahora se llaman duchas escocesas.
He de reconocer que he conocido a grandes personas de las cuales algunas han pasado a ser grandes amigos, no voy a poner nombres porque ellos/as saben quienes son y lo creo innecesario; Me habéis apoyado e incitado a seguir escribiendo un día tras otro, de no haber sido por vosotros es posible que hubiera vuelto al papel y al bolígrafo y mis poemas serían eso, mis poemas, de esta forma se han convertido en vuestros poemas, vuestros relatos, vuestras historias que han salido de mi para todos.
Bueno creo que llegado este punto es hora de decir adiós y despedirnos, es hora de comenzar un nuevo viaje y en este no podéis acompañarme.
Era muy dado a crear dichos, algunos los recitaba mientras trabajaba afanosamente.
«Para quitar siempre hay tiempo» Decía mientras le robaba la cartera.
2º.
Se pasaba la vida dándole vueltas a las cosas de aquí para allá, era lo bueno de ser camionero y tener un volante en las manos, todo le iba sobre ruedas.
3º.
Corría como loco sin parar todo el día, como Forrest Gump es sus mejores días, corría de noche y de día, corría un día tras otro y no encontraba descanso. Es lo que tiene el tiempo, corre aunque parece manso.
4º.
Miraba con detalle todo lo que ocurría a su alrededor, su madre le decía que se iba a quedar ciega de tanto mirar, ella le contestaba.
—Ya que no me dejan estudiar me habré de fijar, como buena lechuza hablar no hablo pero me fijo en todo.
5º.
Nació una noche a las doce y un minuto de un viernes trece, llovía y los relámpagos iluminaban el oscuro cielo.
Ya al nacer algo se intuía en el, no se veía bondad ninguna en él, al revés era tal la maldad que tenía dentro que según iba creciendo hasta satanás le tenía envidia, sobre todo porque era mortalmente malo.
Este relato ha sido creado para FlemingLAB Taller de Escritura en el cual tengo el placer de estar junto a otros grandes escritores de wordpress de los que espero, mejor dicho de los que estoy seguro que aprenderé y como no gracias a Juan Re Crivelloy al equipo que imparten el curso que sin ellos no seria un hecho.
Pensamientos
————
Me encuentro otra noche más aquí sentado en la oficina, vigilando las cámaras de seguridad, como controlador no tengo mucho que hacer aparte de mis habituales rondas de control por el recinto y observar las cuatro cámaras que rodean el perímetro del centro de transporte en el que me hallo.
Las noches son tranquilas a pesar de ser fiesta en el pueblo que se encuentra a un par de kilómetros de donde estoy, la música se oye como si estuviera al lado, los coches no dejan de pasar por delante de la puerta; El polígono cobra vida estas noches, mientras yo tengo que estar aquí sin poder disfrutar. «A veces pienso. Como se lo estarán pasando allí». Está claro que para que unos se diviertan otros tenemos que trabajar.
Cuando era niño veía a mi abuelo, «era una persona seria, recta pero muy cariñoso» trabajar en el bar día a día. —Bueno realmente era solo los domingos, era el día que podía ir con mis padres a verlo— Paseando uno de tantos días cuando íbamos —le pregunte a mi padre. «Se parecían mucho, tanto física como en el carácter».
—El abuelo siempre lo pasa trabajando. ¿No descansa nunca?
—Si hijo, el descansa cuando los demás trabajamos y trabaja cuando los demás descansamos.
Aquella máxima se volvió la mía a partir de los trece años y a día de hoy sigue siendo así.
Hace unos días (la verdad que hace ya un mes) me llegó este premio de la mano de la rubia mas morena de wordpress estos premios.
Y posteriormente unos días después este otro, también me lo otorgo Silvia. Si esa bloguera youtubers, que lo mismo nos deleita con un poema, como con un reportaje fotográfico o con un vídeo de peripecias familiares o de poemas escatológicos, de cualquier cosa imaginable o inimaginable.
Ya era hora de agradecerle como se merece el que me nominara a estos magníficos premios que siempre son bienvenidos.
Gracias .
Ahora tendría (según las normas de los premios) que decir once cosas sobre mi persona, que decir cuando prácticamente ya lo he dicho todo a lo largo del tiempo que llevo en este medio, solo hay que remontarse atrás en las entradas de los premios y seguramente os enterareis de cosas que ni yo mismo se de mi.
Por regla general suelo nominar a los últimos blog que se van incorporando a mi lista de seguidores pero hoy he querido reconocer a algunos que llevan tiempo ya en este mundillo.
Así que mas que andar corrimos por pillar cacho y llenar el estomago mas que otra cosa.
Continuara…
Llegamos al castillo y burlamos a los guardias que estaban en la puerta evitando que entraran la gente que no fuera vestida de una forma adecuada y nosotros no lo estábamos, íbamos llenos de polvo y la ropa algo sucia del tiempo que llevábamos en los caminos, así y todo llegamos a la sala principal en la que las mesas estaban a rebosar de todos los manjares que podías imaginar, cogimos un poco de carne asada, una jarra de cerveza para cada uno y un mendrugo de pan.
No habíamos terminado de comer y nos dimos cuenta que venia hacía nosotros una mujer mayor que traía algo en la mano, como una vara, llego a nuestra altura y se dirigido hacía mi y me dijo.
—Tienes que ir preparándote está llegado tu hora.
—¿Mi hora?¿Para que?
—Son casi las doce y a la medianoche has de volver al lugar donde provienes. —Me contesto.
—No entiendo lo que quiere decir. —La dije.
—Pronto lo entenderás.
Y sin decir nada mas comenzó a agitar la varita dándola vueltas en el aire dijo algo que no entendí y de repente…………………
—¿Donde estoy? —Pregunte con la voz seca y pastosa.
—¿No recuerda que le ha pasado? —Me dijo aquella persona vestida de blanco.
—¿Lo que me ha pasado? Solo recuerdo que hace un rato estaba en ¿? —Solo me atreví a contestar.
—Estaba subido a una escalera, iba a cambiar la bombilla de la lampara cuando se desequilibro y cayó desde lo alto golpeándose la cabeza contra la mesa. —Me contó la señorita.
—No puede ser……Si estaba en………No se es todo tan confuso, cuanto tiempo llevó aquí. —Me atreví a preguntar.
—Es normal que este confundido el golpe fue muy grande, ha estado al borde de la muerte varias veces, entró en coma durante la operación y ha estado dormido durante cinco meses…
—Cinco meses en coma. —La interrumpí de golpe— No es posible, no es posible.
—Tranquilo pronto vendrá el psicólogo del hospital, vera como su ayuda le viene bien.
—Si esta bien gracias. —Le conteste— Ahora por favor déjeme solo necesito dormir.
—Si claro, dentro de un rato pasara el doctor a hablar con usted. —Me dijo la enfermera antes de salir.
«Me quede solo y mi cabeza empezó a dar vueltas como una loca sin comprender lo que me había ocurrido, según la enfermera me di un golpe en la cabeza y he estado en coma cinco meses, ¿entonces todo lo que he vivido este tiempo a sido un sueño? Me vino a al pensamiento Calderón de la Barca en aquella obra de teatro que decía que «Toda la vida es sueño y los sueños…Sueños son.
Todo ha sido un cuento creado a partir de un golpe en la cabeza por culpa o gracias a tener pocas luces e ir a cambiarlas para tener algo mas de iluminación.
Espero, deseo y me gustaría que halla sido de vuestro agrado y no se haya echo muy pesado, para mi a sido muy ameno el recordar todos estos cuentos leídos muchas veces de niños y otras de no tan niño porque se los leí a mis hijos cuando eran niños.
La verdad que he disfrutado ¿y vosotros? Os animo a sacar al niño/a que todos llevamos dentro.
—Atadlos se vienen con nosotros, tenemos que averiguar de donde lo han cogido y si hay mas como este. —Le dijo al que había quitado el huevo a mi amigo.
Continuara…
Estuvimos atados todo el trayecto hasta lo que parecía la guarida de nuestros captores, era una cueva en los bajos de una montaña enorme de roca pura, el jefe se puso delante de la pared y sin saber como se abrió una abertura, nos pasaron dentro a una gruta altisima en la que había de todo, comida, bebida, joyas, armas de todo tipo, aquello parecía un museo nos pusieron en un rincón y nos desataron las manos, nos advirtieron que no intentáramos escapar porque no había escapatoria posible.
A los dos días o dos semanas «no lo se muy bien por que el tiempo allí dentro siempre era igual, no salía el sol o la luna, siempre bajo la luz de las antorchas» Escuche un ruido cerca de donde estábamos sentados detrás de unos toneles, le di con el codo a mi amigo y movimos el tonel, de repente tras nosotros apareció un conejo blanco corriendo y me cogió del brazo mientras decía. «Es tarde es tarde, tenemos prisa, tenemos prisa» y se metió en el agujero mientras tiraba de mi brazo y me llevaba con el, con un reflejo agarre a Pinocho lo arrastre conmigo al fondo del agujero.
Salimos a un prado verde donde había un castillo de naipes y soldados de naipes, también tenía en el centro del valle un laberinto por el que se perdió el conejo corriendo diciendo lo mismo que cuando apareció, salí corriendo tras él pero me fue imposible alcanzarlo, cuando nos dimos cuenta estábamos perdidos dentro de aquel laberinto, seguimos dando vueltas y mas revueltas sin saber a donde nos llevaba, cuando al girar en un recodo apareció un río bordeado de arboles, sedientos como estábamos de tanto andar por aquel laberinto nos acercamos a la orilla, al arrodillarnos para beber oí que alguien decía.
—Quietos ahí bellacos, no os mováis o os atravieso.
Al mirar a mi derecha hacía donde venia la voz, vi a un gato con una espada un sombrero con una pluma larga que se atusaba con la otra mano un bigote largo, al mirar detenidamente a aquel gato de arriba abajo vi que llevaba unas bonitas botas de cuero echas a medida.
—Perdone usted no queríamos importunarle vamos de paso y creo que nos hemos perdido. —Le dije de forma cordial— ¿Podría decirnos donde nos encontramos?
—Si claro, se encuentran aquí. —Contesto.
—¿Y puede saberse exactamente donde es aquí?
—Puede saberse si lo digo, sino , creo que no se sabrá. —Volvió a decir.
Gracioso este gato y esta acabando con mi paciencia «Pensé para mis adentros»
—Bueno señor gato, haría el favor de decirnos por donde debemos continuar para llegar al pueblo más cercano por favor. —Replique un poco exasperado— Y déjese de monsergas.
—Claro deben de continuar por el camino. —Dijo— Irán mas secos que por el agua, si así lo desean les acompaño un trecho.
«Lo que nos faltaba que encima se venga con nosotros, como si hablado así no llega al pueblo. Me recuerda a alguien y no caigo ahora a quien» Iba yo pensando mientras encarábamos el camino que transcurría paralelo al río.
El gato andaba deprisa a la vez que silbaba una canción del Barrio.
Cuando de repente se callo y se llevó un dedo a la boca pidiéndonos silencio, se adelanto a la carrera y corrimos tras el, nos parapetamos tras un árbol con un tronco inmenso y nos asomamos al otro lado hacía la espesura, vimos a un lobo hablando con una niña que llevaba una cesta del brazo y una capa roja, hablaban de la comida que ella llevaba guardada para un familiar o eso nos pareció entender desde donde estábamos. Aquello nos hizo recordar que no habíamos comido nada desde hacía por lo menos dos días o mas.
Decidimos apresurar el paso con un poco de alegría a pesar del hambre porque Gato nos dijo que había una fiesta en el pueblo, conmemoran la pedida del príncipe con una muchacha que se hizo pasar por noble y era la hijastra de una bruja que la trataba como a una criada; Así que mas que andar corrimos por pillar cacho y llenar el estomago mas que otra cosa.
La cueva disponía de una ventana pequeña y redonda por la que me asome para ver que hacían, estaban todos alrededor de una cama, en la cual dormía una joven muy guapa, de pelo negro y su cara parecía que mostraba unos rasgos de tranquilidad y felicidad que transmitía una paz acogedora.
Nos marchamos de allí sin hacer ruido para no alterar aquel cuadro que acababa de ver.
Continuara…
Me dispuse a atravesar el bosque y así se lo comunique a mis nuevos amigos
—Voy a atravesar el bosque para llegar al mar, si queréis acompañarme me alegraría mucho, si por el contrario queréis quedaros lo entenderé. —Les dije a los tres.
—Nosotros nos volvemos para atrás no vaya a ser que mi padre nos este buscando. —Dijo Hasel a la vez que su hermana asentía.
—Yo voy contigo. —Me dijo pinocho.
—Pues vamonos por el camino este de baldosas amarillas haber hasta donde nos lleva. —Le dije, mientras les decía adiós con la mano a los hermanos.
Empezamos a caminar por aquel extraño camino, de repente el paisaje cambio por completo, los árboles crecieron el doble de su tamaño y se abrieron entre si y una planta de habas empezó a subir hacía el cielo me subí a una hoja y como si fuera en un ascensor ascendí hasta las nubes, al mirar hacía abajo vi a Pinocho que venia detrás o mejor dicho debajo en otra hoja, al llegar arriba vimos un castillo enorme «Como podía una mole así sujetarla una nube que parecía de algodón» Nos acercamos al rastrillo que estaba abierto y entramos con mucho cuidado y mucho miedo, porque era así mi amigo temblaba como una rama al viento.
Subimos las escaleras que daban al interior y vimos una jaula colgando del techo, algo resbalo de la jaula y se deslizo al exterior cayendo al suelo con un estrépito que nos puso los pelos de punta, aquello rodó hasta nosotros era como un huevo de oro Pinocho lo cogió y oímos una voz potente como un graznido.
—Deja eso, es mio. —Soltó como un bramido.
Un ogro enorme salió por una puerta que había en el fondo de la habitación, echamos a correr como alma que lleva el diablo mientras escuchábamos detrás nuestro.
—Ladrones, no corráis que os voy a coger no tenéis donde esconderos. —Rugía aquel ser— Ladrones.
Seguimos corriendo por aquella nube, de repente vimos que se acababa, que al frente no quedaba nada, cuando créi estábamos perdidos que nos iba a atrapar apareció un muchacho en una alfombra diciendo.
—Parece que os encontráis en un pequeño apuro, os llevó algún sitio. —Dijo con una sonrisa en la cara.
—Al fin del mundo o donde quieras, pero sácanos de aquí. —Dije saltando a la alfombra a la vez que tiraba del brazo de mi amigo que empezaba a quedarse atrás.
—Que le habéis hecho a ese que estaba echo una furia. —Pregunto mientras nos alejábamos de la nube.
Al mirar hacia nube vi al ogro agitar el puño.
—Nada ha empezado a perseguirnos llamandonos ladrones. —Dije y me quede callado mientras miraba a Pinocho— ¿No habrás cogido lo que cayó de aquella jaula?
—¿Yo? Yo no he cogido nada. — Me contesta mientras la nariz empieza a crecerle a la vez que se ponía rojo de la vergüenza.
—Tenía que tirarte al vacío, ¿como se te ocurre? ¿Sabes en el lío que nos podías haber metido de no haber llegado él? —Le dije enojado, mire a nuestro salvador y le di las gracias— de no haber llegado tan a punto ahora seríamos comida de ogro.
—Que es eso tan valioso para el ogro como para comeros. —Dijo.
—Enséñaselo. —Le ordene a Pinocho.
Le enseño el huevo dorado y se quedo como cuando rodó hasta nosotros al caer de la jaula. Al cabo de un par de horas aterrizo en una duna cerca de una ciudad del desierto.
—Hasta aquí hemos llevado, debo dejaros aquí en la cuidad encontraréis la manera de seguir vuestro camino, yo no iría enseñando eso por ahí. —Nos advirtió haciendo un gesto hacía el huevo.
—Gracias por todo tendremos cuidado. —Le agradecí a la vez que echaba a andar hacía la cuidad. — Adiós hasta otra.
Entramos en la cuidad y me dispuse a buscar información cuando escuche a unos hombres decir que iban a partir hacía el norte en una caravana de camellos y nos ofrecimos a ir con ellos algo que agradecieron cuantas mas manos hubiera mejor; Salimos inmediatamente pues tenían todo preparado.
Llevábamos dos días de viaje cuando un grupo asalto la caravana en total contamos cuarenta y el que parecía se el jefe, nos registraron a todos y le encontraron el huevo a mi amigo, el cabecilla se acerco a nosotros.
—De donde has sacado esto. —le pregunto a Pinocho al ver el brillo que desprendía.
—Atadlos se vienen con nosotros, tenemos que averiguar de donde lo han cogido y si hay mas como este. —Le dijo al que había quitado el huevo a mi amigo.
A veces vivimos lo que podría llamarse realidades confusas, me explico para no confundiros, al menos para no confundiros tanto como lo estoy yo.
Cuando eramos niños y hacíamos algo no bueno «vamos a dejarlo ahí» siempre nos amenazaban con el hombre del saco «al menos en ni caso» claro que el hombre del saco pronto se canso de ir a mi casa y decidió instalarse allí con nosotros, le salía más económico que ir y venir constantemente, no porque yo fuera malo «que lo era» si no más bien porque mi madre era una gran cocinera y lo invitaba a cenar cada vez que iba «que eran todas las noches» de día se ve que no trabajaba porque yo era igual de día que de noche. «Bueno vamos al grano que me pierdo con mis pensamientos».
Cuando era un crío de edad «de pensamiento lo sigo siendo» me hice amigo de un niño que había sido de madera con el tiempo de madera paso a ser de carne y hueso con una peculariedad, que cuando decía mentiras le crecía la nariz, esto tenía sus pros y sus contras; Una mañana nos fuimos a jugar al bosque y nos perdimos, tal fue nuestra suerte que nos encontramos a dos hermanos que habían sido abandonados por su padre, «¿que padre puede abandonar a sus hijos en medio del bosque? Quizás entonces era muy raro hoy los dejan en los parques o en los centros comerciales, lo mismo da». Los cuatro nos fuimos a jugar, total ya estábamos perdidos lo mismo nos daba, jugando a pilla pilla encontramos una casa grande y nos quedamos parados mirándonos, ¡Quien podrá vivir en medio del bosque! Sin pensarlo entramos, teníamos hambre y queríamos ver si había algo de comida, mira por donde la mesa estaba puesta, no se veía a nadie y era muy raro porque parecía que habían comido de todos los platos, nos separamos para inspeccionar haber si había alguien.
—Hansel, tu y tu hermana subir a la planta de arriba, Pinocho y yo miraremos por aquí abajo, si encontráis a alguien dais un silbido.
Mientras los hermanos subían nosotros empezamos la inspección por la planta de abajo.
—Todo lo que encontremos de comida nos lo llevamos Pino. —Le dije a mi amigo de madera— Dándose por enterado.
Al momento oímos un silbido bajo pero largo, salimos corriendo escaleras arriba y vimos a Gretel en el fondo del pasillo haciéndonos gestos con la mano, llegamos hasta la habitación en la que estaba su hermano parado en medio del cuarto mirando a una cama en la que había una niña con un pelo rizado y dorado, parecía de oro cuando al abrir un poco la ventana para ver mejor los rayos del sol le hicieron brillar los rizos.
—Ahora que hacemos —me pregunta Hansel—
—Nada, dejemosla que siga durmiendo, vamos abajo cogemos lo que podamos de comida y nos marchamos de aquí echando chispas. —dije en tono burlón mirando a mi amigo de madera que ponía cara de mala leche—
Cuando ya nos alejábamos de aquella casa empezamos a oír una canción algo rara, no entendía lo que decía, nos asomamos entre los matorrales despacio, con mucho cuidado para no hacer ruido y vimos a un grupo de enanos caminando en fila mientras cantaban llevando herramientas sobre el hombro; los seguimos despacio dejando terreno entre ellos y nosotros queríamos ver donde iban. Nos llevaron hasta una cueva en la cual entraron los siete enanos, según pudimos contar mientras íbamos tras ellos.
La cueva disponía de una ventana pequeña y redonda por la que me asome para ver que hacían, estaban todos alrededor de una cama, en la cual dormía una joven muy guapa, de pelo negro y su cara parecía que mostraba unos rasgos de tranquilidad y felicidad que transmitía una paz acogedora.
Nos marchamos de allí sin hacer ruido para no alterar aquel cuadro que acababa de ver.