Este es mi relato para el reto «Escribir jugando» de Lídia Castro Navás, correspondiente al mes de marzo.


Cada día a la misma hora, las cuatro en punto de la tarde, aquel extraño ser se veía catapultado a la mesa de aquella terraza de bar en medio de las montañas, dónde las nubes se paseaban entre las mesas, daba un aspecto curioso al ambiente.
Se sentaba siempre en la misma mesa, algo que provocaba las miradas de los demás clientes, ya que el sombrero se fusionaba con las montañas del fondo, de tal forma que parecía que la montaña principal parecía un apéndice que sobresalía de su sombrero.
90 palabras

Hola, Antonio. Buen trabajo con el reto. Me ha sorprendido el uso de la catapulta, es muy ingenioso. Muy bien descrito el personaje de la carta. Muchas gracias por tu aporte al desafío de este mes. Un abrazo.
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Hola guapa. Gracias a ti.
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